Si te hablo de la región de Médoc (en Burdeos, Francia), es probable que lo primero que te venga a la mente sean sus emblemáticos Châteaux, sus crus classés y la potencia y elegancia de sus vinos…
Pero a menudo olvidamos lo que se esconde bajo nuestros pies.
Porque uno de los factores más determinantes en el estilo de los grandes vinos del Médoc no se percibe de inmediato.Se trata de las terrazas: un relieve discreto, pero esencial. Un legado directo de la historia geológica del viñedo.
¿Qué son exactamente las terrazas del Médoc?
Las terrazas del Médoc son como escalones naturales formados por la acumulación progresiva de sedimentos a lo largo de millones de años.
Su origen está ligado a las glaciaciones, a las transgresiones marinas y, sobre todo, a la acción erosiva y sedimentaria del río Garona.
Este fenómeno geológico único explica por qué, dentro de una misma región vitícola, podemos pasar de 5 a 45 metros de altitud, y por qué hoy se pueden distinguir hasta seis terrazas diferentes (aunque las que albergan más zonas de viñedos son las terrazas 2 y 3).
Pero… ¿Cómo se formaron? ¿Y qué influencia tienen en el vino?
Un viaje en el tiempo: hace 40 millones de años
Hay que remontarse al Período Terciario, hace aproximadamente 40 millones de años.
Durante esa era,se produjeron intensos movimientos tectónicos que provocaron el plegamiento de las placas continentales,uno de cuyos resultados más notables fue, la formación de los Pirineos.
Estas deformaciones también generaron fallas; fracturas en la corteza terrestre, que crearon depresiones y que posteriormente fueron ocupadas por grandes ríos como el Garona.
A esto se sumaron transgresiones marinas periódicas: ciclos en los que el mar invadía determinadas zonas del continente y luego se retiraba, dejando capas sucesivas de gravas, arenas, limos y cantos rodados.
Con cada ciclo, el río se iba encajando más y más en su lecho y dejaba nuevos sedimentos. Así nacieron las terrazas: capas superpuestas como estratos geológicos, que aún hoy persisten en el paisaje del Médoc.
¿Qué impacto tienen en la vid… y en el vino?
Estas terrazas influyen directamente en el comportamiento de la vid, y por tanto, en el estilo del vino.
Los terrenos formados por gravas (es decir, cantos rodados) ofrecen dos ventajas clave:
✅ Un drenaje excelente: el agua se filtra rápidamente entre las piedras, evitando el encharcamiento de las raíces. La vid, forzada a hundir más sus raíces, modera su vigor y produce uvas más concentradas.
✅ Un efecto de reverberación térmica: los cantos rodados almacenan calor durante el día y lo liberan por la noche, estimulando la maduración del racimo, incluso en cuando la temperatura refresca.
Pero aún hay más: la composición, profundidad y orientación de estas terrazas varía en función de su altitud y ubicación, lo que explica la gran diversidad de estilos existentes dentro de una misma denominación como Saint-Julien, Pauillac o Margaux.
Entender las terrazas del Médoc es como explorar las entrañas de un gran vino.
Descubrimos lo que ocurre en profundidad: lo que le aporta estructura, frescor y concentración…
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Y tú, ¿los has probado?
¿Has degustado vinos del Médoc procedentes de suelos muy pedregosos o de terrazas diferentes?
¿Qué sensaciones percibiste?
¿Más concentración? ¿Frescura? ¿Taninos suaves o firmes?
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